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Pecco Bagnaia se ha dejado ver como pocas veces. En el tercer episodio de Under the Helmet, la serie documental que sigue al piloto italiano durante esta temporada de MotoGP, el bicampeón no ha podido ocultar la frustración acumulada. Y lo ha hecho con una frase que ya resuena en el paddock: “¡Van 8 Sprints y nada cambia, joder!”.
El episodio, grabado durante el fin de semana del Gran Premio de Aragón, capta un momento tenso pero revelador entre Bagnaia y el director general de Ducati Corse, Gigi Dall’Igna. Pecco, visiblemente frustrado, lanza lo que para él es ya una queja recurrente: la falta de confianza con el tren delantero de su Desmosedici. “Tuve un montón de cierres de dirección por todo el circuito”, explica, señalando que la moto no le permite frenar como él necesita ni entrar en curva con precisión.
“Es siempre la misma historia”, insiste Bagnaia durante la conversación entre su staff técnico y él al término de la Sprint de Aragón. “En la frenada y la entrada en curva, simplemente no puedo hacer lo que quiero. No puedo frenar fuerte, no puedo meterme en la curva bien. Llevamos siete carreras y ocho Sprints, y es siempre la misma situación, joder".
Pese a todo, no todo fue negativo en Aragón. Una pequeña modificación técnica durante el warm-up cambió la película. “Hicimos un cambio que ayudó bastante. No fue nada enorme, pero me dio más confianza, sobre todo en la frenada”, comenta Bagnaia. El ajuste en cuestión fue el paso de unos frenos de carbono de 340 mm a unos de 355 mm, más grandes. “Con los 340, al frenar a fondo, bloqueaba sin poder modular. Con los 355 podía gestionar mucho mejor la frenada. Ese cambio me permitió frenar más fuerte, entrar más rápido y controlar la moto en la entrada de curva”.
Incluso hubo lugar para una pizca de ironía. Al comentar su posición de salida en la parrilla, Pecco no se anduvo con rodeos: “Hay algo positivo: mejor salir cuarto que tercero. Me dijeron que la tercera plaza estaba sucia, y Davide lo confirmó. Franco casi seguro va a patinar en la salida”. Un detalle que normalmente habría pasado desapercibido, pero que ahora cobra importancia ante la delicada situación.
Aunque terminó en el podio, lo que en otras circunstancias sería un motivo de celebración, en este caso supo más a alivio que a gloria. Y lo que deja entrever el documental es que no hay conspiraciones ni tensión interna en Ducati, sino un piloto que está dando todo para volver a sentirse fuerte sobre su moto. “Sabemos que si seguimos trabajando, tarde o temprano encontraremos esa cosa que marque la diferencia. Estamos persiguiendo eso”, reflexiona Bagnaia.
El documental muestra también a un Pecco implicado, que no se esconde ni se aleja. Incluso en Misano, durante el round de Superbike, estuvo presente en el box Ducati, apoyando a los suyos como un miembro más del equipo, subido —por supuesto— a una Ducati.
Ahora, con la vista puesta en Mugello, circuito fetiche para Bagnaia, la esperanza está en que los pequeños pasos den por fin un giro a una temporada que, hasta ahora, ha exigido más cabeza fría que celebraciones. Y si algo ha dejado claro este episodio de Under the Helmet, es que Pecco, cuando se calienta, no pierde las formas, pero tampoco se guarda lo que piensa.
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Puedes ver el episodio completo a continuación:
